Vistas de página en total

Bienvenidos al Blog de David de Pedro






No sé como habéis aterrizado en este blog, pero poco importa, estáis aquí y os doy la bienvenida. Espero que paséis un rato ameno porque es de lo que se trata y que aprendáis tanto de mis errores como de mis experiencias, que compartáis la realidad y opiniones a ojos de mis personajes para que los entendáis más. A veces son reivindicativos, a veces muestran ese Mr. Hyde que en un momento dado todos llevamos dentro.

Hasta el momento de su publicación, os dejo con un pequeño aperitivo, el book trayler de mi novela. Como siempre, os invito a que hagáis vuestros comentarios, que mejorarán con mucho este blog.

Soy consciente que vuestro tiempo es oro, y por eso os agradezco vuestra atención. Como dijo Benjamin Franklin: Si el tiempo es lo más caro, la pérdida del mismo es el mayor de los derroches.

Volved cuando queráis.

Gracias,


David de Pedro




P.S.: Por cierto, aquí tenéis el link de La Revelación de Qumrán en Amazon, y si no tenéis kindle y lo queréis leer por ordenador, os podéis descargar el software clicando aquí. También podéis visitar mi nueva página web: www.daviddepedro.com

jueves, 20 de octubre de 2011

La crisis

En mi vida he pasado situaciones dramáticas, que desde luego no desearía que le pasara a nadie. El hecho de ser inmensamente rica no me ha ayudado en nada, más bien al contrario. Cuando la gente sabe de mis negocios, me tienen envidia, y lo que no saben es que yo les envidio a ellos. Ahora la crisis intenta desvelarnos una realidad, pero parece que la población no la sabe ver. Sólo unos cuantos, los indignados, han hecho frente a una situación política corrupta e ineficiente. Ellos han traspasado la oscuridad del caos y se estan moviendo para mostrar el mundo real como si de matrix se tratara. Los grandes gurús económicos han fracasado, no supieron ver lo que se nos venía encima y ahora, son los mismos que dicen si Grecia se hundirá o si España genera confianza o no. Juegan con nuestras vidas con sus especulaciones. Son los que dicen que no podremos pagar las deudas y los que al día siguiente provocan que el mercado desconfíe, los intereses suban y el pobre trabajador se endeude un poco más a final de mes porque la losa de la hipoteca se hace mas grande. Esos gurús que hacen que a los empresarios les cueste más conseguir pólizas de créditos y que puedan generar riqueza para alimentar a una maltrecha población que cada vez más, engrosa la cola del paro. Esos, que obligan a los gobiernos a recortar en sanidad, educación, los sueldos de los funcionarios y quién sabe que más, haciendo que sus efuerzos queden en nada debido a un incremento de los intereses de las deudas gubernamentales. Pero no pasa nada. Esos gurús no están solos... también tenemos a una clase dirigente capacitada... para hundirnos. Ellos son los que hacen líneas de AVE que se tienen que cerrar por no tener usuarios, o hacen aeropuertos que después de los años, no tienen licencia para que los vuelos aterricen. Son los que cuando han agotados inutilmente los recursos económicos de la sociedad, cogen sus coches oficiales y se van a una gran cena pagada con dinero público. Son los mismos que cuando cesan de su cargo, cobran una pensión vitalicia porque cuando hicieron una mala gestión económica, quedaron exhaustos en su incompetencia. Pero por suerte para nosotros, los políticos y los gurús no estaban solos... la banca, como no podía ser menos y aportó su granito de arena. Se lucró regalando hipotecas a gente que sabía que no tenía el poder adquisitivo suficiente para mantener unas viviendas, que a todas luces, estaban fuera de su alcance. La misma banca que alimentó la especulación que crearon los tiburones de la construcción y que cuando vieron que ya no podían mantenerse, pidieron al estado que le prestara dinero público para que pudieran pagarse las jubilaciones millonarias mientras expropiaban a aquellos a los que habían enjabonado mientras firmaban ante el notario, un papel que más tarde les acabaría arruinando la vida. Aquellas víctimas que con parte de sus impuestos, habían dejado indirectamente un capital que teóricamente tendría que servir para revertirlo al pueblo y a las empresas, para volver a sanar el maltrecho flujo económico pero que sólo sirvió para pagar sus deudas bancarias con otras entidades financineras. Políticos, gurús, grandes constructoras y banqueros... todos culpables, aunque en un exámen de consciencia, nosotros tampoco podemos quedarnos exentos de culpa. Pero la crisis no acaba aquí, ni puede acabar con nuestra fortaleza. Tenemos que vencer y aprender de estas adversidades. Porque esto sólo lo arreglamos entre todos. Tengo suerte de haber conocido a Oscar. Él me ha abierto los ojos.

Helena Cos - Empresaria (Andorra)

No hay comentarios:

Publicar un comentario